Desde las 6 de la mañana estoy en el autobús. Imagino que no hayamos hecho más de 200 kilómetros pero las carreteras, mejor dicho caminos, son infernales. Y el autobús para que contar.
Es un autobús típico donde van las gallinas y la gente lleva su saco de trigo, verdura etc... El autobús va lleno y cómo no hay asientos los señores prefieren ir arriba en el techo, aunque dicen que la policía lo tiene prohíbido.
Hemos parado dos veces por avería o por falta de gasolina. Yo creo que era falta de gasolina pero estaban todos mirando el motor y algo del carburador, no sé si de ahí se saca algo de combustible. Lo cierto es que cuando paso otro camión y nos dió gasolina anduvimos unos kilómetros. Y luego cuando repostamos totalmente ya no hubo más problemas.
Para colmo se suben vendedores de medicamentos y te sueltan un rollo de 40 minutos para venderte un unguento o unas bolsitas de infusiones. Hoy ha tocado infusiones de te verde y ginsen.
Ahora por la tarde voy a ver si hay otro autobús en el que pueda viajar toda la noche para llegar a Pucalpa que ya es zona de selva.
La mochila al sacarla del portamaletas era un montón de tierra, creo que ha cogido todo el polvo del camino. Esto debe ser algo normal.
En el autobús venían una pareja de alemanes mejetes, aunque no hablan casi nada de español. Los lugareños me preguntaban qué se producía en alemania y cuando les he dicho que coches, aviones, motos, y productos químicos, se han quedado sorprendidos porque, ¿que comen entonces?
Un saludo a todos
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