viernes, 4 de septiembre de 2009

DESPEDIDA DE CRIS

Hoy tomaba Cris el avion a las 15.30 pero hay que estar en el aeropuerto a las 13.30. Asi que nos levantamos fuimos a buscar unas cazuelitas y grabar las fotos para que ella se lleve unas copias. De ahi preparamos el equipaje y fui con mi tio a llevarla al aeropuerto. Ahi solo esta permitido el acceso a los pasajeros pero nosotros nos hicimos los longuis y para dentro. Alli hay que pagar las tasas y como no llevabamos dinero, ya solo la tarjeta nos dejo mi tio. Alli encontramos una farmacia que tiene el medicamento para la malaria y lo compre justo antes de que Cris embarcase y pudiese dar su visto bueno.

Asi que entre las tasas, los medicamentos, la hora que ibamos justos, el peso de las maletas, etc...justo hasta el momento de embarcar.

Al llegar a casa ya he quedado para manana ir a surfear por la manana.
Un saludo a todos

1 comentario:

  1. Ya estoy en Madrid (sola).
    El vuelo largo pero entretenido. Una chica con la que Rubén había entablado conversación (como siempre, en cuanto dispone de una víctima parada 5 minutos), con la que ya había acordado pedir el asiento juntas porque íbamos solas y podríamos hablar… NO HA SUBIDO AL AVIÓN. Hemos despegado por lo menos 20 minutos tarde para que pudiesen sacar su maleta embarcada. Mientras, yo mutis ,por si las moscas, porque no era amiga mía, todo lo lio Rubén.
    Luego, como las pelis del avión sólo se podían ver si pagabas 15€ + 3€ por los cascos, acostumbrada a viajar “a lo mochilero” he conseguido que el de al lado me dejase los cascos de su CD;pensando no pagar por los cascos y conformandome con ver todos los trailers gratuitos. Pero he llamado a una azafata porque no me funcionaban los cascos del chico y, como yo tenía “por suerte” un asiento amplio de los de 1ª línea, ella me ha sugerido que si , por favor, podía cambiarme con una mujer que llevaba un bebé y que no iba bien en su asiento. Entonces, "lo he visto claro", he aprendido mucho de Bentxi y le he explicado a la azafata que yo sería buena persona y le cambiaría el sitio pero que la aerolínea podría ser también buena y conectarme gratis a su programa de entretenimientos. Así que ME HAN PUESTO TODO GRATIS, me he visto 4 pelis y, como el almuerzo tenía queso, para agradarme, me han dado uno de los McMenús para niños, con regalito chorra y todo.
    Pero, eso no ha sido lo más curioso del vuelo. Tras un ruido seco, fortísimo, he escuchado la frase mítica de: "SI HAY UN MÉDICO ENTRE EL PASAJE, rogamos se ponga en contacto urgentemente con personal de la tripulación”. No sabía si apretarme los cascos de nuevo, mirar para abajo o correr hacia la cola del avión (donde estaban revolucionadas todas las rubitas). Lo peor de todo es que nadie se levantaba… así que fui para allá, y, gracias a dios o a quien corresponda, al levantarme yo, otro chico también lo hizo. Agarramos a una chica desmayada, la tumbamos, piernas en alto, aflojar ropa, … Respiraba flojito y tenía el pulso por los suelos, y, mientras el otro médico iba a por su linterna del dechatlon, yo le toqué la tripa durísima. La pobre paciente estaba ante mí (gestora) y un especialista en rehabilitación (algo como un fisio) y, encima, no colaboraba nada con las preguntas típicas de ¿embarazo, hipotensa, diabética…? Y, horror,... unas pupilas enormes.
    Nos hemos mirado los 2 “curanderillos”, nos hemos separado y nos hemos “acoj…” porque, tras comentarios varios le he pedido a la jefecilla de las azafatas que viniese y le he soltado: “mira, los médicos sin experiencia clínica como nosotros 2 somos siempre extremistas: ésta puede haberse pisado un cordón y tropezar o haberse metido bolas de coca y estar teniendo problemas”. Así que viendo que las constantes estaban recuperándose, que quedaba menos de 1 hora para aterrizar y que ya habían comprobado que viajaba sola y era boliviana y, contanto con que nuestro vuelo había salido con 5 horas de retraso ( a mí, mi agencia me había avisado, pero no todo el mundo lo sabía, así que podía estar ante plazos deseaos de desalojo)... los 2 médicos nos hemos retirado y les hemos dicho que dejasen de insistirle con la coca-cola con azúcar que querían darle, por si acaso, porque estimular los jugos gástricos podía ser malo.
    Han tardado muchísimo en poner en la cinta nuestras maletas y nosotros no hemos visto a la chica buscando su equipaje… aunque tampoco he visto a mis pobres padres que me habían ido a buscar al aeropuerto por sorpresa.
    Como diría “el viajero”, un saludo a todos.
    Cristina

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